PRESENTACIONES TEATRALES
Los textos teatrales son escritos para ser representados. Esta afirmación le confiere al género teatral unas características que lo diferencian del resto de géneros literarios, puesto que la representación teatral ha de incorporar elementos que están fuera del ámbito de lo literario y que pretenden recrear el juego de ficción-realidad que se da durante la representación.
En una representación teatral se juega con dos textos: el texto dramático, escrito por el autor teatral, y el texto del espectáculo que es creado (quizá no escrito) por el director de escena en colaboración con todos los componentes de una representación: actores, escenógrafos, músicos, iluminadores…
Ante una puesta en escena el director deberá ir completando todos aquellos aspectos que no aparecen en el texto dramático, pero que son importantes para el efecto artístico que quiere generar ante el público. Elementos que se incorporan en escena pueden ser: la música, los trajes, los objetos que aparecen en el escenario, los muebles del decorado, el telón de fondo, los colores… En algunos casos los autores de los textos dramáticos indican cómo han de ser estos elementos, para ello utiliza las acotaciones, pero en la mayoría de casos el autor da una indicación mínima o nula y es el autor de la puesta en escena quien tiene que decidir este tipo de cosas. Esto es lo que nos lleva a considerar el espectáculo una manifestación artística totalmente diferente de la escritura del texto dramático. Este texto será una parte más (eso sí, muy importante) de la representación.
Macbeth Macbeth
Estas reflexiones nos conducen a tener en cuenta los aspectos audiovisuales que se desprenden de un texto teatral y, cuando asistimos a una representación, hemos de ver cómo el autor de la puesta en escena ha manejado estos códigos audiovisuales puesto que, con sus elecciones, puede incorporar significados que son complementarios o completamente distintos a los que aparecen en el texto dramático. Por ejemplo, utilizar música clásica o música rock en una representación de un texto dramático de Calderón de la Barca (siglo XVII) nos dará significados y nos causará efectos totalmente diferentes.
COMEDIA
La comedia (del latín «comoedĭa-ae», y este del griego antiguo κωμῳδία,1 «kōmōidía») es el género dramático opuesto a la tragedia2 y, por tanto, relacionado casi siempre con historias con final feliz. Esa lectura epicúrea, placentera y optimista,3 tuvo su origen en los primitivos cultos de la fertilidad en honor del dios Dionisos («Diônysos») y se desarrolló como género derivado del griego ditirambo, asociado a los dramas satíricos y al mimo.45
En la Antigua Grecia adquirió su máximo esplendor con Aristófanes (periodo antiguo) y pasó a la cultura romana de la mano de Menandro (periodo medio), en el siglo IV.67 Durante el medievo adquiere un tono más ligero y elemental, llegando a ser burlesco en muchos subgéneros y convirtiéndose en espectáculo muy popular ya que en su caso es muy especial y como en el caso de la «Commedia dell’Arte»,8 Como género dramático global definió el conjunto del teatro clásico español, con las coordenadas del conjunto de la obra dramática de Lope de Vega.9a Está clasificada, junto con la tragicomedia,b como una de las formas clásicas del drama griego, y uno de los tres géneros dramáticos llamados realistas.10
A partir del siglo XX se convirtió en uno de los géneros básicos del Séptimo Arte,11 y en el lenguaje ha alumbrado expresiones más amplias como hacer comedia o, referido a la dramaturgia, autor de comedia.2
TRAGEDIA
La tragedia es una forma literaria teatral o dramática del lenguaje solemne cuyos personajes protagónicos son ilustres y se ven enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable, a causa de un error fatal o condición de carácter (la llamada hamartia) contra un destino fatal (fatum, hado o sino) o los dioses, generando un conflicto cuyo final es irremediablemente triste: la destrucción del héroe protagonista, quien muere o enloquece.
El término procede de la voz griega tragoedia o “canto del macho cabrío” (τραγῳδία, palabra compuesta de τράγος “carnero” y ᾠδή “canción”) y alude a la canción de los griegos atenienses que era entonada procesionalmente en honor del dios Dioniso en sus fiestas Dionisias.
El género se define como una obra dramática de asunto terrible y desenlace funesto en la que intervienen personajes ilustres o heroicos, y emplea un estilo de lenguaje sublime o solemne. Aristóteles, en su Poética, dejó la primera definición del término:
La tragedia es la imitación de una acción de carácter elevado y completa, dotada de cierta extensión, en un lenguaje agradable, llena de bellezas de una especie particular según sus diversas partes, imitación que ha sido hecha o lo es por personajes en acción y no por medio de una narración, la cual, moviendo a compasión y a temor, obra en el espectador la purificación (catarsis) propia de estos estados emotivos […] Necesariamente hay en toda tragedia seis partes constitutivas, según las cuales cada obra trágica posee su cualidad propia; estas partes son la fábula o trama, los caracteres, la elocución, la manera de pensar o ideología, el espectáculo y el canto.
Las tragedias acaban generalmente en la muerte, el exilio o en la destrucción física, moral y económica del personaje principal, quien se enfrenta a un conflicto insoluble que le obliga a cometer un error fatal o hamartia al intentar «hacer lo correcto» en una situación en la que lo correcto simplemente no puede hacerse. El héroe trágico es sacrificado así a esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo insolente o hybris.
También existe un tipo de tragedia de sublimación, en las que el personaje principal es mostrado como un héroe que desafía las adversidades con la fuerza de sus virtudes, ganándose de esta manera la admiración del espectador, como es el caso de Antígona de Sófocles.
La tragedia nació como tal en Grecia con las obras de Tespis y Frínico, y se consolidó con la tríada de los grandes trágicos del clasicismo griego: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Las tragedias clásicas se caracterizan, según Aristóteles, por generar una catarsis en el espectador.
DRAMA
Drama es una palabra que proviene del idioma griego δράμα que significa “hacer” o “actuar”. Posteriormente, el drama se divide en géneros realistas y géneros no realistas; entre los primeros quedaron escritas la tragedia y la comedia ya existentes, y en el siglo XX vino a agregarse obra didáctica y la tragicomedia (también conocida como comedia trágica clásica), reconocidos como tales desde el Renacimiento. Además, a esto se suma la farsa, considerada como género imposible. Todos ellos tienen en común la representación de algún episodio o conflicto de la vida de los seres humanos por medio del diálogo de los personajes o del monólogo. En el género dramático, el autor lleva el desarrollo de la acción a la escena: los hechos no se relatan, sino que se representan. Su forma expresiva es el diálogo y los personajes adquieren vida ente cuando tiene un “final trágico”, pero el término hace referencia también a las obras cómicas (al menos en la cultura occidental, donde se considera que nació del término drama) y además incluye, pues, la tragedia y la comedia.
Algunos teóricos del siglo XX insisten en la diferenciación categórica entre el drama y el teatro, de los cuales el primero es la versión constituida en lo absoluto por elementos lingüísticos, formando parte entonces de lo que se considera un género literario, cuya particularidad es el predominio de la función apelativa del lenguaje, la ausencia de un mediador (intérpretes, actores) entre el mundo creado (la realidad ficticia) y el lector y la posibilidad virtual de ser representado.
El teatro es la concreción del drama e incluye la actuación, la música, etc. Es decir, elementos que no le son propios al drama como realidad lingüística acotada solamente al discurso. El análisis de un drama puede hacerse desde la crítica literaria, mientras que el análisis del teatro debe incluir factores como la actuación, la evaluación del espectáculo, los músicos, la iluminación, etc.
Se puede añadir la precisión, desde la perspectiva de la etnoescenología, campo interdisciplinario que estudia los fenómenos y comportamientos humanos espectaculares organizados (PCHSO) del teatro, que es un subgrupo dentro del conjunto de formas espectaculares organizadas. Se pueden distinguir tres aspectos claves dentro del análisis de una forma espectacular: la espectacularidad, la Performatividad (Teatro) y el fenómeno de relación simbiótica o de empatía que se construye en la relación con el público (Pradier, 1996).
La pertinencia de la evaluación de estos aspectos del teatro como forma espectacular reside en el hecho de que toda forma espectacular responde a un contexto social. En este sentido, la dramaturgia y su manifestación espectacular por medio del teatro se organizan por medio de códigos que no son universales, sino que son particulares a un contexto histórico y cultural.
TRAGICOMEDIA
Una tragicomedia es una gran obra dramática en la que se mezclan los elementos trágicos y cómicos, aunque también hay lugar para el sarcasmo y parodia. También se le conoce como pieza, porque se parece a dicho concepto; generalmente en estos están sintetizadas las características de una clase social, por lo que también se le denomina género psicológico.
Una pieza es una obra literaria del tipo realista, en donde la situación y los personajes están claramente presentados. Si bien en lo que se relata y expone hay cambios inesperados, ellos son lógicos y explicables, y el suspenso va en continuo aumento, llegando por momentos a clímax con intensas emociones. La resolución o conclusión de la obra es consecuencia de los actos y de las situaciones planteadas con bastante claridad y sin ambigüedades, donde los actos de los personajes son verosímiles.
En la Grecia clásica, el drama satírico o la tragicomedia suele tratar un tema legendario, aunque con efectos cómicos protagonizados, fundamentalmente, por el coro. Los dioses no intervienen en la muerte de los hombres y puede haber más de una acción al mismo tiempo.
La tragicomedia principalmente va a mostrar la trayectoria del héroe tragicómico, que tiene un objetivo que perseguir (el amor, la justicia, la ambición, un trono, etc) y de cómo éste lo consigue o no pasando por una serie de obstáculos para llegar a su fin. Si los obstáculos se presentan como positivos, es decir que parece que lo acercan cada vez más a su objetivo, más que obstáculos son como pruebas superadas. Por su parte el final será negativo, si los obstáculos son negativos, y parece que le impiden llegar a su objetivo, aunque por lo general el final será positivo y aunque sea a último minuto alcanzará su objetivo.
Su creador fue Lope de Vega cuando rompió las estructuras del teatro aristotélico. Lope se negaba a obedecer las unidades, y entonces creó la tragicomedia.
AUTO SACRAMENTAL
Un auto sacramental es una pieza de teatro religioso, más en concreto una clase de drama litúrgico, de estructura alegórica y por lo general en un acto, con tema preferentemente eucarístico, que se representaba el día del Corpus entre los siglos XVI y XVIII hasta la prohibición del género en 1765.
Usaba un gran aparato escenográfico y las representaciones comprendían en general episodios bíblicos, misterios de la religión o conflictos de carácter moral y teológico. Inicialmente eran representados en los templos o pórticos de las iglesias. El más antiguo testimonio del género es el denominado auto o, más exactamente, Representación de los Reyes Magos, de 1145. Después del Concilio de Trento, numerosos autores, especialmente del Siglo de Oro español (siglos XVI y XVII), escribieron autos destinados a consolidar el ideario de la Contrarreforma; entre ellos se destacan: Pedro Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Lope de Vega, etc… La Ilustración más activa del siglo XVIII los combatió y consiguió prohibirlos.
Representaciones de distintos temas. Consta de una introducción (loa), y culmina con una serie de cantos y bailes que desembocan en la salida al escenario de los actores o en un final apoteósico. Sus temas se extraen del misterio de la eucaristía y los sacramentos de la iglesia católica.
MONOLOGO
Monólogo es un discurso que genera una sola persona, dirigido tanto hacia un solo receptor como hacia varios receptores (lectores, auditorio, a una cosa, a un personaje o a un narrador). El monólogo es un recurso utilizado en todos los géneros literarios que puede encontrarse tanto en poesía, cuento, periodismo, revistas, guiones, discusión, teatro, como en novelas.
SAINETE
Sainete es una pieza dramática jocosa en un acto, de carácter costumbrista y popular, representado en España durante el intermedio o al final de una función. Sustituyó al entremés en los siglos XVIII, XIX y XX.
Entre los principales cultivadores de este subgénero cómico en el siglo XVIII se encuentran los gaditanos Luis Moncín y Juan Ignacio González del Castillo, y los madrileños Ramón de la Cruz y Sebastián Vázquez; otros autores menos conocidos fueron, entre muchos otros, Antonio Pablo Fernández, Antonio Furmento Bazo, Diego Ventura Rejón de Silva y Lucas, Antonio Vidaurre, José López de Sedano, Antonio Valladares de Sotomayor y Gaspar Zavala y Zamora. A finales del siglo XIX fue materia frecuente del llamado género chico y del teatro por horas, con autores especializados como Tomás Luceño y Javier de Burgos, y revitalizaron el género en el siglo XX Carlos Arniches con su colección de sainetes Del Madrid castizo y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Posteriormente en el Río de la Plata, Armando Discépolo introducirá un giro sombrío y dramático en este género transformándolo en el «Grotesco criollo».
PERSONAJES
QUE ES UN PERSONAJE
Un personaje es cada una de las personas o seres (humanos, animales o de cualquier otra naturaleza) reales o imaginarios que aparece en una obra artística. Suelen destacarse aquellos con aspecto humano o los seres conscientes de cualquier tipo, que se imagina existen dentro del universo de una obra. Pero, además de personas, se hace referencia a cualquier otro tipo de ser vivo, animales y dioses, no excluyendo tampoco objetos inanimados a los que se da vida. Estos personajes son casi siempre el centro de los textos de ficción, especialmente las ficciones de ámbito cinematográfico o literario, así como las historietas. De hecho, es difícil imaginar una novela sin personajes, aunque ha habido experimentos en este sentido, como por ejemplo, (la obra Finnegans Wake, de James Joyce). En la poesía siempre hay algún tipo de persona presente, aunque generalmente como narrador u oyente imaginario.
El personaje es una construcción mental elaborada mediante el lenguaje y la imagen. En varios espectáculos teatrales, puestas en escena y películas (con excepción de las animaciones), los personajes son protagonizados por actores, bailarines y cantantes. Para las animaciones y para los títeres, existen actores vocales, aunque las voces también pueden ser creadas por computadora.
El personaje, como concepto estructuralista, permanece estático, y se reduce a un conjunto de características o a una función necesaria en el desarrollo de la acción.
A través de la historia del drama se han desarrollado cierto número de personajes estereotipados
QUIENES SON.
jacques lacan
Jacques-Marie Émile Lacan (París, 13 de abril de 1901-ibídem, 9 de septiembre de 1981) fue un médico psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hizo al psicoanálisis basándose en la experiencia analítica y en la lectura de Freud, incorporando a su vez elementos del estructuralismo, la lingüística estructural, la matemática y la filosofía.
Sus aportes han sido definidos, principalmente por él mismo, como un «retorno a Freud». Otros estudiosos de la historia del psicoanálisis los clasifican como una reinterpretación o desarrollo ulterior de prácticamente todos los conceptos freudianos, principalmente a través de una revisión de casi toda su casuística relevante: Herbert Graf, Ida Bauer, Ernst Lanzer, Daniel Paul Schreber, Serguéi Pankéyev.1
Fue un exponente fundamental de la corriente estructuralista y generó gran controversia entre otros profesionales debido a su estilo innovador. Asensi describe a Lacan como un estructuralista-post-estructuralista.[cita requerida]
Su relación con el movimiento freudiano contrastaba con sus fuertes tensiones con la IPA, la Asociación Psicoanalítica Internacional (su estilo didáctico y la brevedad de sus sesiones en relación a las propuestas de los psicoanalistas ortodoxos, desencadenaron un rechazo que tiene raíces más profundas), y con el progresivo distanciamiento de sus colegas franceses a lo largo de una serie de escisiones.
Lacan buscó reorientar el psicoanálisis hacia la obra original de Freud, ya que consideraba que el psicoanálisis post-freudiano se había desviado cayendo en una lógica a veces biologicista u objetivadora del sujeto propio del psicoanálisis. Lacan acusó a muchos de los psicoanalistas coetáneos por haber distorsionado y parcializado la teoría de Freud. Reinterpretó y amplió la práctica psicoanalítica. Incorporó además a nivel teórico nociones de origen lingüístico, filosófico y topológico que lo llevaron a redefinir muchos de los principales términos del léxico psicoanalítico y, por ejemplo, a formular la tesis:
KARL MARX
Karl Heinrich Marx1nota 1 (en castellano comúnmente traducido como Carlos Marx; Tréveris, Reino de Prusia; 5 de mayo de 1818-Londres, Inglaterra; 14 de marzo de 1883) fue un filósofo, economista, sociólogo,2 periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío.3 En su vasta e influyente obra abarca diferentes campos del pensamiento en la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente a la investigación, pues además incursionó en la práctica del periodismo y la política, proponiendo siempre en su pensamiento una unión entre teoría y práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels), El Capital y El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
Marx es normalmente citado, junto a Émile Durkheim y a Max Weber, como uno de los tres principales arquitectos de la ciencia social moderna,4 y ha sido descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad, en 1999 una encuesta de la BBC fue votado como el «mayor pensador del Milenio» por personas de todo el mundo
HOMERO SIMPSON
Homer Jay Simpson (Homero Simpson en Hispanoamérica y Homer Simpson en España) es un personaje ficticio protagonista de la serie de televisión de dibujos animados Los Simpson. Es el padre de la familia protagonista y uno de los personajes centrales y más importantes de la serie. Fue creado por el dibujante Matt Groening e hizo su debut en televisión el 19 de abril de 1987, en el corto Good Night del programa El show de Tracey Ullman. Su segundo nombre es un juego de palabras; durante muchas temporadas no se supo qué había detrás de la J hasta que en el capítulo «D’oh-in’ In the Wind» descubre que su segundo nombre es Jay (nombre en inglés de la letra j); de este modo, cuando Homer pronuncia en inglés su propio nombre, no se distingue si da la letra inicial del segundo nombre.
PERSONAJES CIRCULARES
Don Quijote de la Mancha, de nombre Alonso Quijano, mejor conocido como El Caballero de la Triste Figura, El Caballero de los Leones, es el protagonista de la novela y constituye un consagrado mito de la literatura universal, y el más universal y profundo de la literatura española. Cervantes lo concibe, en su aspecto más externo, como herramienta para ridiculizar los libros de caballerías, cuyo género, ya superado en la época en que vivió el gran novelista español, provocaba particulares prevenciones estéticas en el autor, que veía tales obras como disparatadas, inverosímiles y escritas con un estilo falso e innecesariamente ampuloso.
Esta posición didáctica justifica la actitud cruel y burlesca adoptada por el autor, imponiéndose el personaje de tal modo a su función paródica que se lleva de la mano a su propio creador haciéndole enorgullecerse de haberle dado vida y no perdonando en la segunda parte a Avellaneda por haberle querido usurpar su paternidad. Al representar en su locura al viejo héroe de aventuras caballerescas que fracasa fuera de su ambiente y de su mundo, el profundo humorismo cervantino resuelve la situación con un auténtico sentimiento trágico que palpita imperiosamente bajo la vestidura cómica de la novela. Don Quijote es el prototipo del hombre bueno y noble que quiere imponer su ideal por encima de las convenciones sociales y de las bajezas de la vida cotidiana, actuando a modo de redentor humano de una prosaica realidad que todos los días le hiere y ofende, erigiéndose campeón de las más puras esencias del amor, el honor y la justicia.
Su mismo peregrinar por los polvorientos caminos de la tierra manchega, entre mesoneros, arrieros y esbirros, en lucha con la realidad dura y mezquina, contribuye a su profunda simpatía humana, aun con sus equívocos y extravagancias. Alonso Quijano, convertido por sus sueños en don Quijote de la Mancha, es ante todo un hombre de carne y hueso, y así, y precisamente en virtud de su misma humanidad, penetra en el mundo de lo universal y de lo simbólico. Era un hidalgo campesino.
Su historia empieza en la edad crítica de los cincuenta años, cuando, como decía un humorista contemporáneo, los hombres se enamoran de las sirenas. Tenía recia complexión. Un leve recuerdo de afecto juvenil le hace acordarse de una muchacha de El Toboso, a la que automáticamente convierte en su Dulcinea, o dama de sus pensamientos. Sus rasgos físicos y su alucinada «triste figura», cargado con las viejas armas que porta en sus huesudos miembros, le rodean de un aura de heroísmo que se sobrepone irremediablamente a la caricatura.
Es una interpretación irónica del mundo caballeresco que Cervantes conoció y amó. Existieron casos reales de locura que pudieron sugerir, exteriormente, la idea del gran protagonista de la novela. Se ha pensado en varios personajes apellidados Quijada, como por ejemplo don Luis Quijada, secretario de Carlos V y preceptor de don Juan de Austria, que tenía unos rasgos curiosamente coincidentes con los quijotescos, o un pariente de la esposa de Cervantes que llevaba aquel apellido; Zapata, en su Miscelánea, refiere el caso de un caballero que enloqueció y que quiso imitar las aventuras de Orlando, como ocurre en el Quijote de Avellaneda, y cuya demencia se explica como una tara hereditaria.
Don Quijote, en su primera salida, va solo contra el mundo, aunque posteriormente su necesidad de una figura que a la vez le sirva de contraste y le preste su hermandad se cubrirá con Sancho Panza, que a partir del capítulo VII será representante del buen sentido, el reclamo a las cosas de la tierra, y que si alguna vez frena la fantasía de su errante señor, otras la deja más profundamente abandonada a su primera e infantil humanidad. Desde entonces, Don Quijote y Sancho permanecen unidos y opuestos, hermanos pero a la vez jerárquicamente distintos, dentro de los cánones de la variedad y el claroscuro barrocos.
PERSONAJES LINEALES
- Un anónimo caballero manchego, quien se inventa el nombre, supuestamente altisonante, de Don Quijote de la Mancha. En la Primera Parte de la novela (1605) no se especifica su nombre verdadero, aunque hay varias posibilidades y una falta de acuerdo en «los autores que deste caso escriben», según el primer capítulo de la obra. En la Segunda Parte (1615), para sacarle más mentiroso a su enemigo Avellaneda, quien reveló que el «verdadero» nombre del protagonista fue Martín Quijada, se descubre al final que su verdadero nombre era Alonso Quijano, por más señas conocido con el «renombre» de «el Bueno» (Alonso Quijano el Bueno). En la obra usa los seudónimos caballerescos de «Caballero de la Triste Figura y Caballero de los Leones».
Rocinante, caballo de Don Quijote, flaco, pando, de aspecto burlesco para ser el caballo de un caballero.
Sancho Panza, su fiel escudero y amigo, que le apoyó en sus locuras. Es la parte realista de don Quijote y trata de hacer que éste entre en razón de lo que está haciendo.
El rucio, asno sin nombre acompañante de Sancho Panza, muy querido por este, y amigo de Rocinante. Al final acaban robándoselo al pobre y desdichado Sancho.
Dulcinea del Toboso, mujer imaginaria y perfecta, querida de Don Quijote, e inspirada en la vulgar lugareña Aldonza Lorenzo.
Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo ficticio que se encarga de escribir la historia de Don Quijote
Primera parte
Comentarios:
Gracias.
Ps no entiendo la forma de hacerlo frente a un público. Si escribirlo pero no representarlo.
GRACIAS
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